Add parallel Print Page Options

Pero él me dijo: “Vas a concebir y a dar a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte”».

Entonces Manoa imploró al Señor, y dijo: «Te ruego Señor, que el hombre de Dios que Tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer(A)». Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer(B) cuando estaba sentada en el campo; pero Manoa su marido no estaba con ella.

Read full chapter